Brooke explora la oscuridad y la luz en las personas, y su trabajo analiza esa yuxtaposición. Como artista de autorretratos, se fotografía a sí misma y se convierte en los personajes de los sueños inspirados en una infancia de intensa imaginación y miedo. Como creadora y actriz, Brooke controla su oscuridad y se enfrenta a esos miedos.
Después de estudiar cine durante años en la universidad, se dio cuenta de que su amor por la narración de historias era universal. Comenzó a fotografiar en 2008, emocionada por crear en soledad y asumir papeles de personajes ella misma. Brooke trabaja desde un lugar temático, a menudo gravitando hacia la muerte y el renacimiento o la belleza y la decadencia.
En definitiva, su proceso es más de descubrimiento que de creación. Ella sigue su curiosidad hacia lo desconocido para ver en quién se pueden convertir sus personajes. Brooke cree que el don más grande que tiene un artista es la capacidad de canalizar miedos, esperanzas y experiencias en una representación del potencial de uno.
Si bien sus imágenes provienen de un lugar personal de exploración, el objetivo de crear no es solo satisfacerse a sí misma; su mayor deseo es mostrar a los demás una parte de sí mismos. El arte es un espejo para el creador y el observador.
La pasión de Brooke es contar historias y su vida está envuelta en ello. Desde crear autorretratos y escribir hasta aventuras internacionales y discursos motivadores, quiere vivir mil vidas en una. Mantiene encendida su curiosidad por vivir una historia realmente interesante.